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Comunicado a raiz de la muerte de Anak

Actualitat Barcelona, novembre 19, 2019

Comunicado a raiz de la muerte de Anak
El origen del problema no pertenece a ninguna campaña animalista ni a una decisión política, sino que simplemente un día el zoo de Barcelona decidió albergar delfines en cautividad.

La muerte de Anak parece haber reabierto el debate y añadido presión al Ayuntamiento de Barcelona para trasladar cuanto antes a los 3 delfines que quedan en el zoo.

FAADA quiere matizar que la situación en la que se encuentran estos animales no ha sido generada por una campaña ni por una decisión política: el origen de su problema deriva de que un día en este zoo se decidió albergar delfines en cautividad.

Cuando un delfín pasa toda una vida en una piscina, comiendo de la mano de las personas, no puede tener un final feliz. Pero se puede plantear darle un final “menos malo”. Y eso es lo que llevamos años reclamando para estos delfines y para el centenar que vive en el resto de España. Anak no debería haber muerto en esa piscina del zoo de Barcelona. Debería haber muerto en libertad sin haber sabido nunca lo que es un silbato o una gastroscopia.

El final que respaldamos no sólo desde FAADA sino desde el resto de entidades que dieron apoyo a la campaña AdeuDelfinari y desde el grupo de científicos que lleva años estudiando los criterios y posibilidades, es un concepto que está completamente extendido para los animales de vida terrestre. Un santuario no pretende soltar a los delfines “a la brava” en el mar, sino que se trata de un concepto de cautividad que pone el foco en el bienestar y cuidado de los animales rescatados para rehabilitarlos en la recuperación de sus instintos.

Algunos afirman a la ligera que ha habido intentos de santuario que han acabado con la vida de los cetáceos en cuestión, pero tal cosa es completamente falsa. A día de hoy sólo se han intentado hacer rehabilitaciones y suelta, en instalaciones temporales, con más o menos éxito, y por parte tanto de la industria de los delfinarios, como de la investigación militar como de movimientos de liberación animal. Actualmente existen varios proyectos de santuario real, en instalaciones permanentes, uno de ellos tiene la infraestructura terminada y espera recibir a sus primeros habitantes, dos belugas, la próxima primavera, en Islandia. Sigue en fase de construcción y obtención de los últimos permisos y financiación el Aegean Marine Life Sanctuary en Grecia que podrá cobijar ejemplares de delfín procedentes de la cautividad.

En abril de 2018 la mayoría de partidos políticos del consistorio de Barcelona firmaron una declaración institucional en la que consensuaban que no habría nuevas instalaciones para delfines en Barcelona y que no permitirían la cría o la exhibición de sus animales. Tal documento generó la alarma dentro del sector de los zoos, que rápidamente se movilizó para bloquear cualquier intento de mejorar la vida de los delfines de Barcelona que no consistiese en construir nuevas instalaciones y/o en seguir utilizando a los animales a su voluntad.

En breve Tumay, Nuik y Blau serán enviados a un delfinario donde sufrirán las mismas consecuencias de vivir en una piscina (quizás con algo más de espacio) pero donde serán otra vez explotados para entretener al público. Traslado, adaptación al grupo, al nuevo ambiente, a otras personas… un cambio así requiere que los animales estén en forma previa para evitar riesgos, desde luego no puede hacerse si alguno de ellos está enfermo. La muerte de Anak no puede implicar que se hagan las cosas con prisa. Y menos aun cuando es un movimiento forzado por las asociaciones de zoos, y no la voluntad de quienes promovieron, difundieron y firmaron tal declaración.

Y aunque el texto de la declaración pretendía un final distinto al que ha tenido Anak, y que no ha podido efectuarse debido a las presiones ejercidas por el lobby de los zoos y por un atisbo de cobardía que ha impedido invertir a tiempo en un santuario para los delfines de Barcelona; también tenía un propósito completamente simbólico que ha sido, dada la repercusión y esfuerzos puestos por los delfinarios, un verdadero éxito.

Por lo tanto, ¿ha servido de algo? Evidentemente: la declaración de Barcelona libre de cetáceos en cautividad ha generado un debate brutal, ha puesto sobre la mesa la viabilidad de los santuarios marinos, ha puesto en jaque a la industria de los delfinarios, ha evidenciado que la voluntad política puede generar cambios.

Los delfines de Barcelona han ido sobreviviendo gracias a la medicina y excelentes cuidados del personal del zoo, en esa piscina a la que nunca tuvieron que llegar, ajenos a cualquier decisión. Nunca sabremos si Anak habría estado mejor en otro sitio. Pero Tumay, Nuik y Blau, todavía están a tiempo. Y el resto de delfines en cautividad también merecen tener esa oportunidad. Desde FAADA seguiremos trabajando para dársela.

 

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