Hay 46 millones de aves en España, casi la misma cifra que personas en nuestro país. ¿Dónde están esas aves? ¿Cuándo fue la última vez que vimos una gallina? La respuesta es sencilla pero no es agradable: están hacinadas en las granjas.
Con tantos millones de aves censadas al año en España, nuestro país se sitúa en segunda posición como productor de huevos dentro de la Unión Europea que, a su vez, también es el segundo productor de huevos a nivel mundial. Para conseguir estos niveles de producción (7.350 miles de toneladas de huevos recogidos en 2015 en la UE) se necesita tener a las aves hacinadas en granjas intensivas y produciendo a un ritmo superior al que lo harían de forma natural.
Los animales llegan a poner un huevo al día gracias a dos factores: la selección genética de las gallinas que más huevos ponían y la alteración de sus ritmos biológicos para conseguir que estén activas más horas al día.
Pero, ¿cómo son las gallinas en realidad? Son animales sensibles, que tienen todo su frágil cuerpo cubierto de receptores y que no toleran bien los cambios en el entorno cuando están sujetas a mucho estrés. En su estado natural, cuidan de sus polluelos desde el primer día y les protegen bajo sus alas. Algo que no pasa en las granjas, donde se les quitan los huevos y ellas no llegan a vivir más allá de los 18 meses de edad, cuando ya han alcanzado la madurez y comienzan un proceso conocido como “muda”. Durante esta muda dejan de poner tantos huevos, por lo que a los granjeros les conviene entonces enviarlas al matadero para su sacrificio.
Las gallinas son animales muy activos durante las horas de luz en las que aprovechan todo su entorno para buscar comida para ellas y sus polluelos, picoteando de todas partes. Disfrutan de los baños de arena, desplegando sus alas a ras de suelo para poder desparasitarse. También recogen elementos de la naturaleza para poder nidificar cerca de donde estén viviendo. En las granjas, al vivir en jaulas más pequeñas del tamaño de un ordenador portátil estándar y no disponer de materiales para poder hacer sus nidos, se disparan sus niveles de estrés pudiendo llegar a autolesionarse. La forma más común de hacerse daño y canalizar su energía consiste en arrancar sus plumas.
También son animales territoriales con una fuerte jerarquía que entre ellas conocen y respetan. Sin embargo, al vivir pegadas las unas a las otras, sin espacio para poder muchas veces ni abrir las alas, pueden llegar a agredirse entre ellas y provocarse heridas.
Además, la falta de oscuridad provocada por hasta las 15 horas de luz artificial al día a la que son sometidas, fuerza su producción y reduce su descanso.
Igual que sucede con otras especies, muchos de los animales mueren de camino al matadero en los camiones debido a las lesiones y el estrés que sufren durante el viaje. En el caso de las aves, además, al ser tan fácil manejarlas, los operarios las cargan en el camión sujetándoles por las patas traseras de forma rápida y brusca, por lo que muchas lesiones se producen en ese momento.
En nuestro informe a continuación, exponemos toda la información sobre las condiciones de vida de las aves en las explotaciones ganaderas de España.
Informe sobre la industria de los huevos
Gallinas en España: la transición del sistema
Otras fuentes
Informe FAADA sobre la transición hacia un sistema de gallinas ponedoras sin jaulas en España
Informes del Consumo Alimentario en España
Información de los sectores ganaderos del MAPAMA
Informe de la OMS: Carcinogenicidad del consumo de carne roja y de la carne procesada
Compassion in World Farming
Unión Vegetariana Española
Documental Empatía
PETA vegano
HappyCow