Perros y gatos han sido criados selectivamente durante miles de generaciones, tanto para conseguir una finalidad concreta, como la capacidad de caza, como por su apariencia. Sin embargo la moda por tener perros de raza pura y con unos ciertos cánones "estéticos" lleva al sufrimiento de millones de animales debido a los defectos hereditarios que conseguir estos cánones normalmente conlleva.
Para lograr que un animal tenga las características físicas que interesan, se cruzan los animales que poseen estos caracteres o similares durante generaciones, algo que implica el cruce entre hermanos y entre padres e hijos. Este mecanismo se llama endogamia y a nivel genético lleva asociados graves inconvenientes, ya que reduce la variedad genética de las especies y, además, aumenta las posibilidades de que un animal lleve genes defectuosos.
Por esta razón los animales de pura raza son más vulnerables a desarrollar defectos físicos y enfermedades que implican dolor y sufrimiento: enfermedades sanguíneas, cardiovasculares, endocrinas, oculares, gastrointestinales, respiratorias, urinarias o del sistema reproductor, inmunológicas, musculares, esqueléticas, del sistema nervioso o de la piel.
La moda de tener perros de raza pura y con unos ciertos cánones "estéticos" lleva al sufrimiento de millones de animales.
A continuación se ilustran algunos ejemplos de problemas comunes, consecuencia de la selección genética, en algunas de las razas más conocidas:
También ocurre en los gatos, como por ejemplo los de raza persa, que pueden sufrir enfermedades respiratorias y oculares, urolitiasis, dermatofitosis, riñón poliquístico o shunt portosistémico.
Los animales mestizos acostumbran a ser más sanos que los de pura raza, son compañeros maravillosos y las protectoras y perreras están llenas de estos animales buscando un nuevo hogar.