El concepto de rehala hace referencia a una “jauría o agrupación de perros de caza mayor, cuyo número oscila entre 14 y 24. España es el único país de Europa que permite la caza con perros (en Inglaterra la caza del zorro está prohibida desde 2004), así este método de caza es conocido como “montería a la española”. En España se constituyó incluso la Asociación Española de Rehalas. Las rehalas constituyen una herramienta fundamental para los cazadores y la mayoría de éstas se mantienen en dudosas condiciones: comúnmente en jaulas, con una falta de atención veterinaria regular, que en algunos casos es total, y en otros muy escasa. Los perros salen de sus jaulas sólo para entrenar o para las cacerías, para lo que son transportados en pequeños remolques, en condiciones que también causan mucha controversia a los cazadores, ya que son motivo de quejas e inspecciones.
Durante las cacerías varios animales resultan heridos, y a veces estas heridas suponen costes veterinarios tan altos que los propietarios prefieren sacrificar a los perros, en ocasiones con métodos crueles y arcaicos, o abandonarlos a su suerte en el monte.
La caza, o actividad cinegética, fomenta el maltrato y el abandono de perros. Los datos estimativos indican que en España unos 50.000 galgos son abandonados cada año. Además de todos los perros de otras razas como el Pointer, el Braco Alemán, el Setter Inglés, etc., que son también frecuentemente usados por los cazadores. Una encuesta realizada por FAADA a través de la CIPAC, durante los años 2012-2013, constataba que un 60% de los perros de refugios y protectoras de Catalunya eran perros de caza o cruces de éstos.
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