La Dirección General de Agricultura y Ganadería de Murcia quiere sacrificar los animales decomisados a un Síndrome de Noé

El pasado mes de noviembre una asociación de Murcia nos contactó para pedirnos ayuda a la hora de buscar salida a un grupo de animales considerados especies invasoras. Exactamente para reubicar a seis cerdos vietnamitas, un mapache y varias cotorras, tanto Argentinas como de Kramer, y evitar así su sacrificio.

Los animales procedían de un caso denunciado e investigado por las autoridades, un particular con síndrome de Noé que alojaba hasta 572 animales en su domicilio de forma ilegal. Entre estos se encontraban tanto animales domésticos y de granja como animales exóticos y especies protegidas. 

El Ayuntamiento reubicó alrededor de unos 200 animales domésticos y exóticos con la ayuda tanto de la empresa que tienen contratada para la recogida de animales domésticos como del Colectivo de Protección Animal de Lorca. Estos últimos no solo colaboraron en la gestión de algunos animales, sino que además se preocuparon de ayudar al propietario llevándole comida para los que todavía quedaban por reubicar y moviendo cielo y tierra para buscarles una buena salida. 

Los animales intervenidos quedaron bajo el control de la Dirección General de Producción Agrícola, Ganadera y del Medio Marino de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, a excepción de algunos ejemplares de especies protegidas, que fueron entregadas al centro de recuperación de fauna silvestre El Valle, en Murcia.

A día de hoy, los únicos animales que todavía quedan en el domicilio son los de granja y los considerados invasores. Pero lo que hasta ahora no se ha dicho en los medios ni en ningún sitio, es que hay un orden de sacrificio por parte de la administración para estos animales.

Esto se debe a que los animales de granja e invasores no son tan fáciles de reubicar como los domésticos y, sobre todo, porque supondrían un gasto económico que la administración no está dispuesta a pagar. Para poderlos trasladar, estos animales deberían ser saneados, es decir que como mínimo se les debería sacar sangre para hacer un análisis y comprobar su estado de salud. En el caso de las especies invasoras el tema se complica un poco más, ya que para poderlas seguir manteniendo en cautividad y que no comporten un riesgo para el ecosistema, se las debería esterilizar e identificar (preferiblemente con chip), entre otras cosas. 

Tanto el propietario de los animales como el equipo de FAADA estamos luchando para frenar esta orden de sacrificio y conseguir que se nos permita reubicarlos. Pues aunque al propietario se le ha acusado públicamente de maltrato animal y muchas otras cosas, lo que nadie ha dicho es que él es consciente de que tenía demasiados animales y que no ha hecho las cosas bien, ha puesto alegaciones y está haciendo todo lo que está en sus manos para evitar su sacrificio. 

De hecho, recordamos que “Síndrome de Noé” es el término coloquial usado para describir lo que, en psiquiatría, se denomina Trastorno de Acumulación de Animales. Las personas que lo padecen acumulan un gran número de animales en casa (perros y gatos, principalmente), con un aparente buen propósito de rescatar animales perdidos o abandonados, pero sin poder proporcionarles los cuidados básicos. En realidad, el Síndrome de Noé es una enfermedad y constituye un grave problema de salud pública poco conocido y, frecuentemente, mal explicado.