Exigimos medidas contra Chocolates Torras por su zoo ilegal

Tras algunos avisos sobre la posibilidad de que en Cornellà del Terri (Girona) hubiese un terreno vallado lleno de gamos sin control reproductivo, desde FAADA solicitamos a la administración la documentación relativa al lugar.

El recinto, propiedad de la empresa Chocolates Torras, dispone de licencia de núcleo zoológico como colección privada; una opción que concede la Generalitat en caso de que se mantenga a los animales salvajes fuera de le exhibición del público. Sin embargo, en este caso, los animales pueden verse incluso desde la carretera, ya que la valla del recinto permite el contacto visual y físico con ellos. Es más, Chocolates Torras anima a las personas a visitar su fábrica con el “gancho” de que podrán ver a sus gamos. Este tipo de actividad requeriría de una licencia como “parque zoológico” de modo que el centro debería cumplir con la Ley 31/2003 de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos, algo que implica la realización de programas de conservación y educación con los animales.

Por otro lado además, a través de sus redes sociales y según nos han indicado varios visitantes, hemos sabido que no se realiza ningún control reproductivo de los animales y que por lo tanto, éstos tienen crías regularmente.

Los gamos son una especie que no se encuentra en peligro de extinción pero que se precia en la actividad cinegética, razón por la cual en ocasiones se crían para hacer sueltas y convocar monterías. La cría en cautividad no tiene, por lo tanto, ningún beneficio para la especie en global y mucho menos para estos animales en concreto.

Hemos pedido a la administración que tome las medidas convenientes para que Chocolates Torras cumpla con la normativa vigente en este sentido y asegure, por lo menos, el bienestar de los animales que mantiene en cautividad.

Por desgracia, este caso no es único, ya que existen en España una gran cantidad de “colecciones privadas” que mantienen animales en condiciones muy alejadas a las que sus necesidades básicas requerirían y cuyo único fin es el del coleccionismo, o, aún peor, la cría y venta para suelta o el intercambio de especies. Las administraciones se limitan al cumplimiento básico de la normativa, que no está enfocada a proteger a los animales de forma individual y, de hecho, muchas veces fallan incluso en este aspecto.

Desde FAADA queremos hacer un llamamiento para que las administraciones se tomen más en serio estas cuestiones, que tienen que ver no sólo con las condiciones de vida de los ejemplares afectados sino con la conservación e incluso el tráfico de especies salvajes.

Foto: Facebook Chocolates Torras

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