Actualidad Barcelona, abril 27, 2020
El coronavirus COVID-19 continúa extendiéndose por todo el mundo, causando pánico y confusión. Y además de a millones de personas, también está afectando la vida de gatos y perros.
Desde Eurogroup for Animals y FAADA en cuanto miembro representante en España, hemos reunido la siguiente información para ayudar a los gobiernos y a la sociedad a considerar el impacto de la COVID-19 en los animales de familia en toda Europa.
La COVID-19 pone en grave peligro la vida de algunas personas. Y para ellas, ser trasladadas al hospital puede implicar que su perro, gato u otro animal deba ser llevado a un refugio. En países sin instalaciones para el cuidado de animales, los desafíos aumentan y es importante actuar con previsión.
Los responsables de animales deben tomar medidas para cuidarles durante su posible enfermedad y confinamiento, planificando con anticipación que tengan suficiente alimento, medicamentos y vacunas actualizadas. También deben asegurarse de tener a alguien que pueda hacerse cargo de su animal si la situación lo requiere. En cualquier caso, es imprescindible seguir las medidas de seguridad, como lavarse las manos regularmente. Y, en caso de enfermedad, reducir el contacto con los animales.
Los refugios se encuentran bajo una inmensa presión debido a un aumento del número de animales como resultado de la entrada de perros y gatos de responsables enfermos o fallecidos, de abandonos, pérdidas y de la preocupación injustificada de la transmisión del virus por parte de los animales. Las adopciones disminuyen drásticamente, ya que las visitas a los centros de adopción están prohibidas, así como las ayudas económicas para atender debidamente a los animales.
El confinamiento y la escasez de fondos, tanto de ONGs como de particulares, pueden paralizar las esterilizaciones de animales, provocando, a corto plazo, el nacimiento de camadas no deseadas.
El estado de alarma también provoca al cierre de tiendas y restaurantes que, en algunos países, son fuentes de alimento para los animales callejeros que de repente verán disminuir su acceso a la comida. Las localidades afectadas por esta problemática deberían poner en marcha programas de alimentación para ayudar a cuidar de los animales callejeros durante el brote, así como servicios veterinarios.
Los cachorros de perro y gato que se encuentran en tiendas de animales pueden enfrentarse al sacrificio si los criadores y comerciantes no quieren asumir los gastos de su mantenimiento durante el confinamiento.
Los gobiernos deben dejar claro que la propagación de la COVID-19 es el resultado de la transmisión de persona a persona. Hasta la fecha, no hay evidencia de que los animales de compañía puedan transmitir la enfermedad. Si bien existan coronavirus caninos y felinos que pueden hacer enfermar a perros o gatos, estos no son los que causan la pandemia actual y la COVID-19. El nuevo coronavirus no es justificación para sacrificar animales de compañía ni callejeros.
Los gobiernos también deben definir la comida para animales y la atención veterinaria como bienes y servicios "esenciales" durante el confinamiento. Y el personal de los refugios y los voluntarios como "trabajadores esenciales" para que puedan cuidar a los animales y poner en marcha programas de alimentación para los perros y gatos callejeros.
En resumen, los gobiernos, las comunidades y el público en general deben tener en cuenta las necesidades de los animales de familia durante la pandemia y proporcionarles el apoyo necesario durante estos tiempos difíciles.
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