Actualidad Sète, octubre 18, 2022
El pasado 2 de septiembre, el buque ganadero Nader-A salió del puerto de Sète con 780 terneros a bordo destinados al sacrifico para el consumo humano. Su destino: Argel. Pero a su llegada, el 4 de septiembre, las autoridades argelinas se negaron a descargar a los animales por los supuestos riesgos sanitarios que entrañaban. Al parecer, algunos terneros no tenían documentos que certificaran que no eran portadores de la rinotraqueitis infecciosa bovina (RIB), una enfermedad extremadamente contagiosa. Además, el personal del puerto de Argel no fue autorizado a subir al barco, con instrucciones de mantenerse alejados de un posible foco de infección.
Finalmente, el Nader-A abandonó el puerto de Argel el 19 de septiembre, 15 días después de su llegada, para volver a su punto de partida. Atracó en Sète el viernes 23 de septiembre tras permanecer anclado más de 24 horas. Tras una inspección veterinaria se comprobó que algunos animales ya estaban muertos y otros se encontraban en condiciones lamentables. En cualquier caso, todos los supervivientes al viaje fueron sacrificados e incinerados al día siguiente de la llegada del Nader-A al puerto de Sète, en los mataderos de Rodez y Saint-Affrique, requisados para la ocasión por el Estado francés.
El Ministerio de Agricultura francés explicó que una "dificultad de interpretación" del estado sanitario de tres animales fue la causa del bloqueo, asegurando "que no hubo ningún incumplimiento por parte de las autoridades francesas del certificado de 'exportación' que permitía la salida de los animales". Los terneros sanos habían sido vacunados contra la rinotraqueitis infecciosa bovina (IBR). Sin embargo, en los documentos adjuntos a su certificado de exportación figuraba la mención "IBR positivo", sugiriendo falsamente que eran portadores del virus, según el ministerio.
En Francia, el miserable destino de estos cientos de terneros ha conmovido tanto a los profesionales del sector como al público en general. Y sólo hay una actuación que podría responder de manera efectiva a esta legítima indignación: poner fin a la exportación de animales vivos utilizados para el consumo humano a terceros países.
Fuente: Eurogroup for Animals
Foto: Jo-Anne McArthur / We Animals
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