Empieza la temporada de matanza en las granjas peleteras
Actualidad Barcelona, diciembre 9, 2022
Vuelve la temporada de matanza en la industria peletera. Los trabajadores van equipados con pesados guantes y pinzas metálicas para agarrar a los animales por el cuello y toman precauciones de todo tipo para evitar cualquier daño a las pieles. Pero no se puede decir que hagan lo mismo para reducir el sufrimiento de los animales que van a matar. Gracias a un informe realizado en el marco de la ICE #FurFreeEurope, de hecho, sabemos que la brutalidad de estas muertes es espeluznante y refleja claramente porque hay que prohibir la cría de animales para la peletería.
Los visones son sacados de sus jaulas agarrándolos por la base de la cola y son metidos a través de una trampilla con muelles en una cámara de gas con ruedas. De este modo se reduce al mínimo la manipulación, pero los visones, muy independientes, son arrojados junto a decenas de otros animales, lo que no sólo es muy estresante, sino que además provoca que puedan asfixiarse, incluso antes de que el gas haga efecto.
A pesar de los llamamientos para poner fin a esta práctica, estos animales siguen siendo gaseados con dióxido de carbono. Dependiendo de la concentración del gas, los visones pueden tardar entre 4 y 15 minutos en morir. También se utiliza monóxido de carbono para matarlos, pero como este gas induce la inconsciencia y la muerte por privación de oxígeno, resulta especialmente cruel para un animal acostumbrado a bucear. ¿Por qué? Porque aguanta mejor la falta de oxígeno y, por lo tanto, muere mucho más lentamente.
Por otro lado, el método considerado más “humano” para electrocutar animales consiste en aplicar electrodos simultáneamente en la cabeza y la espalda, de modo que la corriente pase directamente por el cerebro, dejándolos inconscientes antes de que mueran de paro cardiaco. Sin embargo, en las granjas peleteras, a los zorros y los perros mapache se les mete un electrodo en la boca y otro por el recto, y su corazón entra en fibrilación antes de perder el conocimiento.
Y no se acaba aquí. Aunque a veces también se matan a las chinchillas con gas, o electrocutándolas en el agua, muchas son asesinadas de una forma brutalmente sencilla: el trabajador agarra la cabeza y la mandíbula, arquea el cuello hacia atrás y tira bruscamente de la cola, rompiendo el cuello del animal. La chinchilla deja de chillar, pero a menudo sigue retorciéndose entre espasmos...
En FAADA lo tenemos claro: esta crueldad debe terminar. Hay que poner fin a estas matanzas.
Si estás de acuerdo, ¡ayúdanos hoy firmando la Iniciativa Ciudadana Europea #FurFreeEurope para prohibir las granjas peleteras y los productos de piel de granja en el mercado europeo!
Fuente: Eurogroup for Animals
Foto: Essere Animali
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