Actualidad Bruselas, febrero 23, 2023
Desde FAADA nos hemos sumado a la Unión Vegetariana Española (UVE), para instar a la Comisión Europea a que cese la autorización de la comercialización de polvo parcialmente desgrasado de Acheta domesticus (grillo doméstico) como nuevo alimento.
Actualmente la legislación permite la venta de algunas especies de insectos en el mercado europeo, siendo la última incorporación el polvo de grillo doméstico ‘parcialmente desgrasado’ en la lista de nuevos alimentos autorizados para la población, sumándose a los ya aprobados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA): las larvas del gusano de la harina (Tenebrio molitor), la langosta migratoria (Locusta migratoria) y las larvas de escarabajo del estiércol (Alphitobius diaperionus).
Esta nueva aprobación es un paso atrás en la ambición de la Comisión Europea de lograr una transformación del sistema alimentario actual hacia uno más sostenible y resiliente, objetivos ya establecidos en la Estrategia de la Granja a la Mesa y el Pacto Verde Europeo.
Por este motivo, desde la UVE, FAADA y las otras entidades firmantes (Proveg, AVF,Compassion in World Farming, Anima Naturalis, GreenRev Institute y la Asociación Vegetariana Francesa) consideramos que la aprobación y comercialización de insectos en Europa, es contraria a las propias políticas de sostenibilidad y seguridad alimentaria de la Unión Europea, en las que se aboga por la reducción del consumo de proteínas de origen animal a favor de una dieta basada en vegetales con un aumento de la proteína de origen vegetal.
Aunque la FAO respalda la incorporación de insectos en la alimentación humana como un recurso plausible de cara a un futuro más sostenible, cabe destacar que la producción intensiva y posterior comercialización tanto del grillo doméstico así como de otros, no está exenta del uso excesivo de recursos, ya que implica un gran impacto ambiental por el gasto de alimento, agua y energía que supone.
En materia de bienestar animal, la cría intensiva de estos insectos es cuestionable e incluso contraria a los valores y principios de la Unión Europea, pues se desconoce en mayor o menor grado la sintiencia de los insectos, abriendo un debate ético y moral sobre su consumo. Cabe añadir que su comercialización puede poner en riesgo la seguridad alimentaria, pudiendo ser catalizadores de microorganismos en el caso de unas condiciones higiénicas poco controladas.
Por último, consideramos que esta legislación responde a los intereses económicos de una industria y no vela por la seguridad de la ciudadanía europea, ni el medio ambiente ni el futuro del sistema alimentario de la Unión Europea.
Todas las entidades firmantes deseamos que desde los organismos europeos se promueva la producción de proteínas vegetales para el consumo humano y que como objetivo principal, se centre en fomentar este tipo de dietas, así como alimentos sostenibles, saludables y asequibles para la población.
Puedes leer la carta al completo en este enlace.
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