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Los centros de rescate de animales salvajes luchan para sobrevivir durante el brote de la COVID-19

Actualitat abril 6, 2020

Los centros de rescate de animales salvajes luchan para sobrevivir durante el brote de la COVID-19
La escasez de fondos, medicamentos y máscaras amenaza el trabajo de los santuarios en todo el mundo.

A medida que el coronavirus se propaga de un país a otro, afectando la salud y la economía de cientos de miles de personas, los centros de rescate de animales salvajes luchan para llegar a fin de mes. The Centre for Orangutan Protection en Kalimantan, la sección de Borneo en Indonesia, se ha cerrado temporalmente para minimizar la propagación del virus. Otros, como Merazonia (Ecuador) dependen del dinero del turismo para cuidar a sus animales: y desde el cierre de Wuhan (China) en enero, han visto desplomarse el número de sus visitantes.

Edwin Wiek, director de Wildlife Friends Foundation Thailand y secretario general del Wild Animal Rescue Network, indica que su centro de rescate, que acoge a elefantes y otros animales salvajes, ya ha perdido el 80% de su financiación. Según la ley tailandesa, Wildlife Friends Foundation Thailand no puede solicitar un préstamo bancario porque opera como una fundación benéfica, no como una empresa. "Tenemos más de 700 animales: 25 elefantes que requieren mucho cuidado y comida, unos 30 osos y 400 primates. Recortando el 50% de personal, los centros de rescate podríamos sobrevivir uno o dos meses, tal vez tres, pero durante más tiempo sería insostenible”.

Después de que China implementara diferentes medidas para detener la propagación del coronavirus, el precio de las mascarillas y los medicamentos se disparó. "Fue aterrador", indica Ryan Sucaet, director del equipo veterinario del centro. “En nuestro santuario tenemos una población de osos muy mayores y dependientes de los tratamientos de alivio del dolor. Aguantar en estos tiempos es todo un desafío, pero nunca dejaremos que el bienestar de los animales se vea comprometido, cueste lo que cueste. Además, hace poco desapareció un envío de 10.000 mascarillas médicas para trabajadores, probablemente interceptado por el gobierno. Asegurarnos de que seguimos teniendo reservas es una de nuestras mayores preocupaciones".

En otra parte, Free the Bears, organización sin ánimo de lucro australiana con santuarios en Laos, Camboya y Vietnam, tenía planes de rescatar a un macho y una hembra de oso a mediados de febrero. Ambos habían estado enjaulados en las granjas de bilis de Vietnam durante más de 18 años. Pero cuando el gobierno vietnamita detuvo temporalmente todo el transporte y el comercio de vida silvestre en el país, el rescate, de repente, quedó paralizado. Finalmente, por suerte, Free the Bears recibió el visto bueno para mover lo más rápidamente posible los osos a su santuario Cat Tien.

A pesar de todos los problemas relacionados con la escasez de dinero y recursos, hay un lado positivo en todo esto. A finales de febrero, China emitió una prohibición temporal sobre el comercio y el consumo de animales salvajes que se espera se promulgará este año. El primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, ha solicitado al ministerio de agricultura del país que redacte una directiva para terminar permanentemente con el comercio ilegal y el consumo de vida silvestre, motivado por el temor de que la manipulación de los animales sea una fuente de enfermedades y contagio.

Según Jill Robinson, fundador de Animals Asia, entidad que durante décadas ha estado presionando a los gobiernos para que pongan fin al comercio de fauna salvaje, por fin se observa un cambio significativo por parte de las autoridades. Pero queda por ver si la prohibición afectará también a los animales utilizados para la medicina tradicional.

En cualquier caso, queda claro que si no queremos volver a enfrentarnos a otras pandemias, incluso peores de la actual, tenemos que replantearnos totalmente nuestra forma de relacionarnos con la vida silvestre y de cómo abusamos de los animales y sus hábitats.

Fuente: The Guardian

 

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