Actualitat Barcelona, octubre 27, 2020
El año pasado en Alemania se mataron 45 millones de pollitos por el solo hecho de haber nacido machos. Y por razones estrictamente económicas, ya que son más pequeños, tienen menos carne que las hembras y no son tan rentables para la industria avícola.
Hace pocas semanas, el país anunció una decisión largamente reivindicada por las entidades de protección animal: a partir de enero de 2022 estos animales ya no se podrán sacrificar.
La ministra federal de Agricultura, Julia Klöckner, ha anunciado que a partir del 2022 la práctica desaparecerá completamente de las granjas alemanas y aseguró que, además de un tema de protección animal, ésta es también una cuestión ética: es inaceptable que se maten animales sólo porque tienen un sexo determinado, de hecho, porque tienen el sexo equivocado.
La ministra confía en que países como Francia seguirán el modelo pionero alemán. Aún así, varias entidades de protección animal, entre ellas Sokoa Animal Welfare ponen en duda que la práctica se deje de realizar ya en 2022.
En cualquier caso, a partir de ahora, la “discriminación” sexual de los pollitos se hará mediante una técnica invasiva del embrión que consiste en la extracción de líquido. Eso sí, hay que darse prisa porque el embrión ya es sensible al dolor a partir del séptimo día de gestación. De momento, la ley permite hacer la prueba entre el 9º y el 14º día, lo que se prevé corregir antes del 2024.
En 2017 Alemania ya prohibió la dolorosa práctica de recortar los picos de los pollitos para evitar los ataques entre los mismos animales a causa del estrés que padecen en las granjas.
Con 35 millones de pollitos enviados a la trituradora cada año, ¿cuándo tomará medidas España para acabar con este sinsentido?
Fuente: CCMA
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