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Haarlem, ciudad neerlandesa, es la primera del mundo en prohibir la publicidad de la carne

Actualitat Haarlem, setembre 13, 2022

Haarlem, ciudad neerlandesa, es la primera del mundo en prohibir la publicidad de la carne
Para luchar contra el cambio climático, no se permitirán anuncios de productos cárnicos en autobuses, marquesinas o pantallas en los espacios públicos.

Cada año, en todo el mundo, se gastan miles de millones de dólares en publicidad de alimentos y bebidas para influir en la elección de los consumidores. En un esfuerzo por reducir el consumo de carne y las emisiones de gases de efecto invernadero que produce, la ciudad neerlandesa de Haarlem se convertirá en la primera del mundo en prohibir los anuncios de carne en los espacios públicos.

Tal y como informa The Guardian, Haarlem, situada al oeste de Ámsterdam, de hecho ha añadido la carne a una lista de bienes que se ha determinado que contribuyen a la crisis climática. Por ello, la publicidad de productos cárnicos estará prohibida en la ciudad, de unos 160.000 habitantes, a partir de 2024. La espera se debe a los contratos vigentes con las empresas de los productos.

"No podemos decirle a la gente que hay una crisis climática y animarles a comprar productos que son parte de la causa", dijo a Trouw el concejal de GroenLinks de Haarlem, Ziggy Klazes, que redactó la moción. 

Así que en Haarlem, no se permitirán anuncios de productos cárnicos en autobuses, marquesinas o pantallas en los espacios públicos. La legislación también incluye la prohibición de los anuncios de combustibles fósiles, de coches propulsados por estos mismos combustibles y de vuelos vacacionales. 

Al sector cárnico, obviamente, no le gustó la prohibición y un portavoz de la Organización Central del Sector Cárnico (COV) argumentó que la prohibición era una cuestión de libertad de expresión. Pero lo cierto es que según estudios recientes, un tercio de todas las emisiones que contribuyen al calentamiento global provienen de la producción de alimentos, y la carne produce el doble de contaminación que los alimentos de origen vegetal. Los bosques se destruyen para dar paso a los pastos de los animales, y los fertilizantes ricos en nitrógeno contribuyen al agotamiento de la capa de ozono, así como a la contaminación del agua. Los animales criados para el consumo además, producen metano, potente gas de efecto invernadero. 

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Fuentes: EcoWatch / The Guardian

 

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