Los suricatas entran en el catálogo español de especies exóticas invasoras

El suricata (Suricata suricatta) es un pequeño mamífero carnívoro originario del sur de África que hace unos años se puso de moda como animal de compañía en nuestro país. El gran éxito comercial de esta especie fue promovido incluso por los medios (anuncios, películas y series de televisión), donde se presentaba a estos animales salvajes como individuos simpáticos y dóciles, sin hacer mención alguna a los problemas y consecuencias que conllevaba mantenerlos en casa.

La mayoría de las personas que los adquirieron para convivir con ellos lo hicieron por simple novedad o capricho, desconociendo realmente la biología de la especie y sus necesidades básicas que, como en los demás animales salvajes, son muy difíciles de satisfacer en cautividad, especialmente en casas particulares.  

Desde FAADA ya alertamos hace unos años sobre la problemática que conllevaba la moda del mascotismo del suricata:

• Al ser animales muy sociales y gregarios, tener un individuo solo en casa es inapropiado.  
• En cautividad requieren de un buen enriquecimiento ambiental y actividad constante para evitar que el aburrimiento y el estrés les haga enfermar, ya que son animales muy inteligentes y activos. Además, resulta complejo proporcionarles una alimentación adecuada (son mayoritariamente insectívoros).
• Pueden producir “destrozos” debido a que uno de sus comportamientos naturales es cavar madrigueras subterráneas.
• Cuando crecen comienzan a marcar su territorio con un aroma que proviene de sus glándulas anales, que no suele ser del agrado de las personas.
• En algunos casos pueden mostrarse agresivos, y criarlos desde pequeños no garantiza que no lleguen a morder.

La dificultad de satisfacer las necesidades de estos animales, junto con la aparición, al hacerse adultos, de comportamientos que resultan molestos (agresividad, marcaje…) ha hecho que muchos de ellos fuesen abandonados por sus propietarios, pasando a formar parte de un ecosistema que no es el suyo. Quizá este motivo, sumado al comercio descontrolado de esta especie que se ha venido observando por internet, ha llevado al Gobierno a incluir, este pasado mes de abril (Orden TED/339/2023), a la Familia Herpestidae (mangostas y suricatos) en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.

A partir de esa fecha, la venta, cría y tenencia de esta especie ha quedado prohibida, y aquellas personas que convivieran con un suricata previamente a la entrada en vigor de la normativa tendrán que reportarlo y registrar al animal en el plazo estipulado por la ley. Vencido dicho plazo, todos los animales que no hayan sido adecuadamente registrados pasarán a estar en situación ilegal.  

Desde FAADA recordamos la importancia de no mantener especies salvajes como animales de compañía, debido a los graves problemas de bienestar que les provoca la cautividad y las consecuencias perjudiciales que pueden originarse si son abandonados por sus responsables.