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Los “problemas” de las cotorras de Madrid no desaparecerán a tiros

blog Madrid, january 17, 2022

Los “problemas” de las cotorras de Madrid no desaparecerán a tiros
Entidades y particulares se han movilizado en distintas ciudades para evitar masacres de cotorras, incluso varios científicos han presentado alternativas al sacrificio para llevarlas a cabo en ayuntamientos.


Míriam Martínez Macipe
Coordinadora del Área de Animales Salvajes y utilizados para el consumo

 

Y no es sólo Madrid. También se hizo en Zaragoza, también es Málaga, incluso en Sevilla cada año se captura medio centenar de ellas para sacrificarlas, también Barcelona tiene miles de cotorras que se consideran una gran molestia.

Los riesgos de los grandes nidos que son capaces de construir (digna de admirar, por cierto, la capacidad arquitectónica de estas pequeñas aves), los sonidos que molestan a quienes viven cerca de ellas, el espacio que quitan a otras aves autóctonas (que tendrían más espacio y capacidad de supervivencia si las ciudades se construyesen integrando valores de medio ambiente reales)… las cotorras se han reproducido a raudales en las ciudades, convirtiéndose en un gran enemigo.

Entidades locales y regionales se han movilizado en las distintas ciudades para evitar las masacres, incluso varios científicos han presentado alternativas al sacrificio que a posteriori se han llevado a las licitaciones de los ayuntamientos para llevarlas a cabo: captura y posterior reubicación (se sugiere en otros países porque aquí por la normativa de invasoras es complicado, pero no es imposible) o posterior vasectomía de los machos y suelta (cosa que tampoco es ilegal y sobre lo cual existe una respuesta a pregunta parlamentaria en la Unión Europea donde queda claro que sí que se podría autorizar este método). Desde FAADA hemos dado apoyo siempre a las entidades que nos lo han pedido y también nos hemos dirigido de forma independiente a las administraciones en favor de las cotorras; pero entre todas nos ha sido imposible detenerlo.

Hay que pedir a los municipios que aún no tienen un problema tan acentuado que empiecen a tomar medidas de gestión ética YA para que no tengan que recurrir a las matanzas indiscriminadas en el futuro alegando que son “demasiadas cotorras como para aplicar una gestión ética”. Y las ciudades con una gran problemática, llegan tarde a la búsqueda, pero todavía están a tiempo de contribuir a la sociedad de verdad investigando las alternativas, fomentando proyectos para que en el futuro se puedan hacer las cosas de otra manera.

Igual que se autorizan matanzas para eliminar el problema “momentáneo” pero sin ningún tipo de garantía de que en unos años vuelva a estar ahí (si no eliminan al 100% de los animales, y los que quedan no están esterilizados, es muy posible que la población vuelva a expandirse). El sacrificio de cotorras es un buen negocio en tanto que lo que garantiza es trabajo para toda la vida, pues el problema, si es que realmente lo hay, no se acabará. Una buena inversión de los recursos públicos sería pensar a largo plazo, apostando por medidas que, aunque no retiren a los animales de inmediato del lugar, prevean primero un control de la población y una disminución paulatina; que a la vez sea respetuosa con la vida animal.

Pegar tiros a las cotorras no es sólo contraproducente para las cotorras que son alcanzadas y mueren, sino para el objetivo que persigue esa acción, pues sin el apoyo de la ciudadanía los problemas de convivencia con otras especies en la ciudad son imposibles de resolver.

Por último, hay que recordar que esta situación se ha generado por la permisividad prolongada de la administración, permitiendo y autorizando la venta de todo tipo de animales para su mantenimiento en cautividad, tanto para particulares que los querían tener en sus pisos, como para personas que los querían exhibir (públicamente o en petit comité) en sus colecciones zoológicas. Y esto sigue pasando actualmente: matamos cotorras por aquí pero permitimos que se vendan todo tipo de animales por allí, y ya pensaremos qué hacer con ellos en el futuro, cuando nos veamos con el agua al cuello. Más información de este tema en la web de nuestra Coalición para el Listado Positivo.

En conclusión, si en Madrid (o en Málaga o en Barcelona), hay “problemas” porque hay menos vencejos o menos cernícalos, o porque hay ruido o grandes nidos a punto de caerse… no se solucionarán mediante los sacrificios masivos. La cuestión va mucho más allá y la raíz está mucho más profunda, hay que tener en cuenta el comercio de especies, la concienciación de la ciudadanía sobre “mascotismo”, la desconexión con la naturaleza en las grandes ciudades, la ordenación urbanística. Busquemos soluciones reales y duraderas para una buena convivencia humano-animal.

 

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