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Granja industrial de pulpos en Canarias: por qué este proyecto puede ser una catástrofe para animales y medioambiente

blog Barcelona, april 12, 2022

Granja industrial de pulpos en Canarias: por qué este proyecto puede ser una catástrofe para animales y medioambiente
No, no se está planeando un “rescate del pulpo gallego”, sino, como siempre, conseguir enormes intereses económicos.


María Moreno
Especialista en animales utilizados para el consumo

 

Seguro que en estos días ha llegado a tus oídos, o si ya lo había hecho, en estos días con mayor frecuencia, la noticia de que España quiere construir la primera granja comercial de pulpos del mundo. Sí, lo sé, el simple hecho de juntar granja y pulpos en la misma frase ya suena surrealista, pero así es.

Los pulpos son criaturas extraordinarias y ha quedado claro que son seres sintientes. De eso ya no hay duda: poseen la capacidad de tener sentimientos. Pero desafortunadamente, en la actualidad parece que por lo que más se les valora es por sus cualidades organolépticas y culinarias, que han derivado en una demanda loca por consumir pulpo en casi todo el mundo.

El consumo de carne de pulpo ha crecido tanto en las últimas décadas que, en 2015 la cifra de capturas ascendió a 400 mil Tn, diez veces más que la cifra registrada en los años 50. Este crecimiento ha continuado y ha hecho que, en Europa, una de las 5 regiones del mundo en que se concentran más del 75% de las capturas, países como España, Portugal e Italia, hayan visto sus reservas drásticamente reducidas y hayan tenido que recurrir a la importación para responder a la demanda nacional. En la actualidad España importa casi el 91% del pulpo que consume, principalmente de Marruecos y Mauritania, aunque también de otros países como México, Senegal e Indonesia.

Este hecho por sí solo ya comporta grandes problemas medioambientales, no sólo por el transporte y la conservación, sino porque esto llevará a que en unos años probablemente estos países vean esquilmadas sus reservas, como ya ha ocurrido con los que fueron los grandes países proveedores en Europa, España, sin ir más lejos.

La postura de Europa sobre el consumo de proteína animal

Y aunque quieren “disfrazar” este proyecto como “el rescate del pulpo gallego”, si algo hemos aprendido es que los intereses económicos prevalecen siempre, y que lo que pasa realmente es que si el mercado exige más, pues se le da más, hasta el infinito, olvidándonos de la solución que sería más coherente y responsable, y además acorde con las nuevas líneas estratégicas de Europa: reducir el consumo de proteína animal. Educar, informar y promover formas de alimentación más sostenibles, éticas y respetuosas con el planeta y los animales. Y en principio ésta era la idea/intención, tal y como dejó constancia la confirmación del Green Deal y la estrategia From Farm to Fork. Ya existen argumentos científicos de sobra y una situación de emergencia climática, pero parece que nunca es suficiente, y que Europa, y los EM que firmaron ese pacto, ya se han olvidado. Esto ya no es prioritario, se puede hacer la vista gorda, tan gorda, que la propuesta de la empresa que quiere construir esta granja de pulpos pretende nutrirse de los Fondos de Resiliencia europeos que recibirá España. De locos.

Pues bien, a pesar de todo esto, la demanda de carne de pulpo sigue ahí, así que otros científicos del mundo en empresas, universidades y centros de investigación han decidido invertir sus conocimientos en desarrollar las tecnologías necesarias y estudiar la cría en cautividad de estos animales (salvajes, no nos olvidemos) en grandes granjas que permitan su expansión comercial y la obtención de miles de toneladas de carne cada año.

Según los datos que conocemos estas investigaciones empezaron a ser de gran interés en los años 80, pero ha sido en los últimos años que algunos países han comunicado sus éxitos, y afortunadamente, sus fracasos. En Europa, España ha liderado estas investigaciones, y junto con EEUU, México y Japón son los países del mundo que más están trabajando para conseguir criar pulpos en tanques.

Así que el IEO (Instituto Español de Oceanografía) en Vigo ha llegado a un acuerdo con la empresa Nueva Pescanova para seguir investigando, y a finales del año pasado la empresa anunció que invertiría 65 M de € en las Palmas para construir la primera granja de pulpos en 2023 y poder generar unas 3.000 toneladas de pulpo al año.

La inadaptabilidad de los pulpos a la vida en cautividad

Dicen estar trabajando para “asegurar su bienestar”, pero lo cierto es que como hemos visto, parece claro que el confinamiento en tanques estériles y limitados convierte al pulpo en una especie altamente susceptible a sufrir el aburrimiento y la falta de estímulos en estos ambientes. Además, no podemos olvidar que se trata de una especie salvaje y que hay un gran desconocimiento sobre su cría en cautividad, así que parece claro que no se van a poder cubrir todas sus necesidades. Y aunque la ciencia avanzara y llegara un momento en que sí, ¿cuándo sería eso? ¿Cuántos años de sufrimiento tendrían que pasar esos pulpos hasta que se consiguieran mejorar sus condiciones? Ya lo hemos visto con otras especies salvajes en el zoo; especies, algunas, que, tras siglos de cautividad, siguen sufriendo. Aunque también ocurre con especies domésticas, a las que hemos condenado a vivir en granjas, durante años, y que aún en el presente siguen manifestando el sufrimiento de vivir en tales condiciones.

Los pulpos estarían condenados a una muerte cruel. No existe un método de sacrifico validado científicamente como humanitario, es decir, que garantice que los pulpos quedan inconscientes inmediatamente antes de ser sacrificados y que por tanto no sufren. Y por muy duro que pueda sonar, este punto es crucial cuando se pretenden sacrificar miles de ejemplares al año.

Las granjas comerciales, como ya sabemos, se caracterizan por las altas densidades, lo que puede provocar en ellos un alto nivel de estrés, que podría derivar en problemas de territorialidad, agresiones y hasta canibalismo. A esto hay que añadir que, al no tener esqueleto externo ni interno, son altamente vulnerables y se pueden dañar fácilmente, no sólo por agresiones de otros individuos, sino por golpes con las paredes del tanque o las jaulas, o durante su manejo.

Los problemas para el medioambiente

Pero es que además de los problemas de bienestar del pulpo, se han identificado otra serie de problemas graves asociados a estas granjas:

Problemas para el medio ambiente. Los pulpos son carnívoros, necesitan ingerir una gran cantidad de ácidos grasos y proteína, y necesitan presas vivas, lo que implica tener que capturar animales vivos (pequeños cangrejos, gambas y otros moluscos) para alimentarles. Más demanda de proteína animal. Ya sabemos que entre el 20-25% de las especies salvajes que se capturan/pescan se utiliza para hacer harinas y aceites de pescado para especies carnívoras que ya son criadas en granja. Se estima que esto es entre 0,5-1 trillón de peces/año; si esto ya es insostenible, aumentar esta cantidad sería terriblemente irresponsable, supone añadir más presión sobre las reservas naturales y hacer depender de ellas a las industrias, reduciendo la disponibilidad de una gran variedad de especies y perjudicando por tanto a otras especies acuáticas que a su vez se alimentan naturalmente de ellos.

Y en medio de todo esto, pongo la televisión y sale el Hormiguero. Y resulta que una de las gracias en torno a la mesa justo hace referencia al pulpo. Uno de los tertulianos bromea y dice que reniega de las capacidades y habilidades del pulpo, se mofa del documental “Lo que el pulpo me enseñó” (My Octopus Teacher) y dice abiertamente “los pulpos son tontos, de toda la vida lo han sido, y como mejor están es con pimentón”.

Y pensé estupendo, muy adecuado, un mensaje fantástico para integrar en la sociedad y que todos vean lo maravilloso que sería que España tuviera granjas de pulpos.

 

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