A lo largo de los años y hasta la actualidad, muchas personas han adquirido animales salvajes como animales de compañía. Como ya hemos visto, estos animales pueden venir tanto del mercado lícito de animales como del tráfico ilegal, pero, dejando por un momento de lado la cuestión legal, veamos qué otros problemas surgen de la tenencia de animales salvajes. Los animales salvajes no han sido domesticados ni lo pueden llegar a ser: el proceso de domesticación es un proceso muy largo que necesita siglos para desarrollarse en una especie. Los animales salvajes tienen unos instintos naturales que no se pueden obviar y unas necesidades básicas que ni en las mejores condiciones de cautividad podrían ser del todo cubiertas. No son animales que tengan que vivir en una casa, fuera de su entorno natural. Son animales que no se entregan como un gato o un perro, que están acostumbrados a convivir con los seres humanos y que sus costumbres cada día se relacionan más con las de nuestra existencia. En los animales salvajes, aunque estén criados en cautividad, siempre predominará su instinto animal y salvaje.
Uno de los principales problemas de la adquisición de animales salvajes por parte de particulares es la falta de información. Las personas generalmente compran un animal porque les gusta, pero sin la información necesaria sobre su especie, su comportamiento y sus necesidades. El desconocimiento suele ser en cuanto a longevidad, tamaño, comportamiento, necesidades de espacio y dieta, cuidados, etc. Entonces nos encontramos que hay personas que adquieren animales que viven más años de los esperados, por lo que no se pueden hacer cargo del animal durante toda su vida. O personas que compran crías de tamaño pequeño que cuando se hacen adultos adquieren un tamaño o un peso más grande de lo esperado, por lo que no tienen suficiente espacio para él (muy típico de los conejos enanos, las tortugas de agua o el cerdo vietnamita). Además, muy a menudo la falta de ejercicio y la mala alimentación hacen que el tamaño del animal aumente más de lo normal, provocando casos de obesidad que ponen en peligro su salud.
En el censo del 2014, en Cataluña se registraron 2.596 animales salvajes, de los cuales 2.213 eran reptiles y 242 eran mamíferos.
En cuanto a comportamiento, hay un desconocimiento tan básico como si un animal es nocturno (por lo que estará activo durante la noche y durmiendo durante el día) o social (con lo que necesitará de más individuos de su misma especie para estar bien). Otra queja muy escuchada es sobre el ruido que puede producir un animal, como una cacatúa o un loro, que es un animal que aunque todos sabemos que cantan, muchas personas los adquieren sin contar con su constante sonido.
El cambio de comportamiento también es muy común. La mayoría de animales cuando llegan a la madurez sexual cambian su comportamiento, dejan de ser tan dóciles y se vuelven más agresivos; y esto se ve agravado en el caso de los que se mantienen en cautividad, que pueden llegar a desarrollar graves problemas de comportamiento, como estereotipias y autolesiones. Aunque muchos animales adquieren comportamientos estereotipados o de autolesión simplemente por el hecho de estar en cautividad y no poder desarrollar sus instintos más básicos ni tener sus necesidades cubiertas.
Aparte los animales salvajes conservan su instinto de supervivencia, por lo cual nos pueden atacar en cualquier momento, como por ejemplo cuando un movimiento nuestro les parezca extraño y les parezca una amenaza. Por esto, los animales salvajes suelen tener comportamientos agresivos, sobre todo cuando son adultos, además de que acostumbran a ensuciar mucho, a marcar con orina y a romper cosas.
Por otra parte están los cuidados y el gasto económico. Muchas veces adquirir un animal salvaje es fácil y asequible para cualquiera, pero mantenerlo es muy costoso. Los veterinarios de animales exóticos son pocos y muy especializados, por lo que son más caros, al igual que los tratamientos. También hay animales que necesitan unas instalaciones muy costosas, como los reptiles, que generalmente necesitan grandes terrarios con todos los controles necesarios para obtener las condiciones óptimas para ellos (temperatura, iluminación, humedad, ventilación, etc.). O animales que tienen dietas muy complicadas, como las serpientes que necesitan animales vivos; o los petauros que necesitan variar de dieta constantemente y a la vez son muy delicados (no toleran la lactosa, tienen mucha dificultad para digerir grasas y no pueden abusar de proteínas). Estos últimos además de ser delicados y nocturnos, son muy sociales y se deprimen si están solos y aun siendo muy pequeños, necesitan mucho espacio para poder saltar y planear.
Nunca se es consciente de todo lo que comporta tener un animal salvaje en casa, ni para las personas ni mucho menos para el animal. El desenlace casi siempre es el mismo: el abandono.
Los animales salvajes que se han criado en una casa no se pueden devolver a un hábitat natural, ya que no han desarrollado las habilidades de supervivencia durante el cautiverio, y si son liberados en la naturaleza difícilmente sobreviven, por lo que en muchos casos la consecuencia del abandono es la muerte del animal. En el caso que sobreviva en la naturaleza, esto comporta un gran problema para el medio ambiente, ya que ha sido liberado en un hábitat que no es el suyo. Si estos animales se establecen en un sitio concreto y se reproducen, ponen en riesgo al resto de animales debido a la posible transmisión de enfermedades, competición con la fauna autóctona por los recursos, depredación, etc.; pudiendo acabar invadiendo los espacios naturales y provocando la regresión y hasta la extinción de los animales que han conformado siempre la fauna autóctona de ese lugar.
Wiki FAADA
¿Puedo comprar y tener en casa un animal salvaje?
¿Se pueden exhibir animales en escaparates?
¿Es legal vender un animal salvaje?
¿Cómo puedo participar en un avistamiento de animales en su hábitat natural?
Otras fuentes
Informe FAADA - Censo de animales exóticos
Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras