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La COVID-19 nos está enseñando una dura lección: necesitamos cambiar nuestra relación con los animales

Concienciación Barcelona, abril 23, 2020

La COVID-19 nos está enseñando una dura lección: necesitamos cambiar nuestra relación con los animales
Esta vez, la pandemia vino de Asia, pero podría haberse originado perfectamente aquí. Se trata de una bomba de relojería lista para explotar.

Esta vez, la pandemia vino de Asia, pero podría haberse originado perfectamente aquí. La UE es un destino importante para el tráfico de “mascotas” exóticas, incluidos primates, reptiles y anfibios. Estos animales se comercializan y transportan legal e ilegalmente para su venta y mantenimiento en los hogares de los ciudadanos de la UE, sin controles sanitarios. Los comerciantes no adoptan ninguna de las disposiciones de seguridad preventivas requeridas en otras industrias de la UE. Es posible que los animales se hayan mantenido en condiciones similares a las de los mercados húmedos de Asia o África, antes de ser transportados a las casas europeas. Se trata de una bomba de relojería lista para explotar.

Otra causa importante de la propagación de enfermedades animales transmisibles a los humanos, las zoonosis, es la presión sobre la biodiversidad. Los cambios en el uso de la tierra y el mar y la pérdida de hábitat, especialmente para la intensificación de la cría de animales, provocan interacciones más frecuentes y más cercanas entre los animales (de “granja” y salvajes), los humanos y los ecosistemas. Las zoonosis emergen regularmente como resultado de lo que ahora, por desgracia, es la norma en la producción de alimento en las zonas más desarrolladas del mundo: la ganadería intensiva.

Los miles de millones (billones, si consideramos a los peces en la acuicultura) de animales de granja son reservorios y vías para enfermedades que pueden ser peligrosas, si no devastadoras, para los humanos. En un informe de 2008 sobre la cría industrial de animales de granja en Estados Unidos, la Comisión Pew advirtió sobre los riesgos "inaceptables" para la salud pública que plantea la agricultura animal industrializada. Un estudio más reciente encontró que "desde 1940, las factores atribuidos a la agricultura se asociaron con más del 25% de todas las enfermedades infecciosas que surgieron en los humanos, y 50% de las zoonóticas, proporciones que probablemente aumentarán a medida que la agricultura se expanda e intensifique".

Además del horrendo impacto de la ganadería intensiva en los animales, su potencial como foco de zoonosis es devastador. Los virus de la influenza A, que pueden causar pandemias humanas, son hospedados por las especies más criadas en todo el mundo: aves de corral y cerdos. Setenta mil millones de pollos y 1,5 mil millones de cerdos son sacrificados cada año en el mundo. Las cepas asiáticas de "gripe aviar" H7N9 y H5N1, que se originaron en aves de corral, han sido responsables de la mayoría de las enfermedades humanas en todo el mundo, tanto en términos de gravedad como de mortalidad.

Los cerdos pueden actuar como "depósitos de mezcla", infectándose al mismo tiempo con los virus de la gripe aviar y humana. Si esto sucede, los genes de estos virus diferentes pueden combinarse y dar lugar a un nuevo virus capaz de causar pandemias de influenza. En 2009, un virus de influenza A H1N1 con genes de cerdos, aves y humanos causó la primera pandemia en más de 40 años. Ahora es un virus de la gripe humana estacional que continúa circulando en todo el mundo.

Los virus no son la única amenaza. Una gran variedad de bacterias zoonóticas son hospedadas por animales de granja. La OMS estima que, a nivel mundial, 111 millones de casos anuales de enfermedades de transmisión alimentaria son causados ​​por diversas cepas de E. coli, al menos 95,5 millones de casos por Campylobacter y 80 millones de casos por Salmonelosis.

Y esto no es todo. El tratamiento de enfermedades de animales de granja criados en condiciones intensivas requiere un uso masivo de antimicrobianos, lo que contribuye enormemente a lo que la OMS ha descrito como "una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo en la actualidad": la resistencia antimicrobiana.

Solo tenemos que culparnos a nosotros mismos. Los animales salvajes y domésticos han sido portadores de virus y bacterias durante milenios. Lo que ha cambiado es la forma en la que los humanos interactuamos con ellos.

Los animales no piden terminar en mercados húmedos. No piden ser intercambiados, transportados y mantenidos en cautividad como mascotas. No piden ser criados en granjas intensivas. Y a pesar de la evidencia científica inequívoca sobre los riesgos para la salud pública, la industria y los gobiernos han mantenido los ojos cerrados.

Ahora o nunca

Pero hay esperanza en el horizonte. La actual pandemia de la COVID-19 ha sido una dramática muestra de que la forma en que tratamos a los animales con los que compartimos el planeta tiene consecuencias que no podemos seguir ignorando.

Este año, la UE tiene una gran oportunidad para demostrar que hemos aprendido la lección. La Comisión Europea está redactando dos componentes cruciales del Acuerdo Verde de la UE: la Estrategia de Biodiversidad para 2030 y la Estrategia De la Granja a la Mesa. Estos dos documentos, si son lo suficientemente ambiciosos, pueden iniciar un cambio decisivo de dirección de las políticas de la UE sobre comercio de vida silvestre y prácticas agrícolas, respectivamente.

La nueva Estrategia de Biodiversidad de la UE debe incluir acciones específicas para combatir el tráfico de fauna salvaje y regular de manera efectiva el comercio de animales exóticos en la UE, protegiendo la salud de los consumidores europeos así como la biodiversidad, de los riesgos que representa el comercio mal regulado de animales salvajes. Debe considerarse una "Lista Positiva" a nivel europeo que indique qué especies de animales son adecuadas para ser mantenidas como mascotas, un instrumento de naturaleza preventiva. Dicha lista ya se ha introducido con éxito en Bélgica y Luxemburgo, y se está desarrollando en los Países Bajos.

La estrategia De la Granja a la Mesa puede y debe desempeñar un papel muy importante en la protección de la salud humana y animal frente al riesgo creciente de pandemias y resistencia a los antimicrobianos, causada por la ganadería intensiva. Dicha estrategia debe incluir medidas concretas para promover un cambio hacia dietas más saludables basadas en plantas, prácticas de cría y manejo de animales de mayor bienestar que puedan reducir drásticamente la excesiva dependencia de los tratamientos antibióticos y sistemas agrícolas que pueden contribuir a restaurar la biodiversidad en lugar de empobrecerla.

La pandemia en curso nos está enseñando una lección dolorosa pero necesaria: el respeto por los animales y sus hábitats es parte integral de la salud y el bienestar humano. Si alguna vez hubo un momento para ser valientes, ese momento es ahora.

Fuente: Eurogroup for Animals

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