Concienciación Barcelona, noviembre 5, 2020
Cuando hablamos de colonias de gatos ferales, desde el Departamento técnico de Animales de Compañía de FAADA, no hay día que no nos llegue un aviso de reubicaciones innecesarias, injustificables y mal realizadas, y/o conflictos entre entidades o particulares con ayuntamientos y/o vecinos que ponen quejas por la presencia de animales.
Así mismo nos llegan una gran cantidad de dudas o preguntas sobre cómo gestionar dicho tema. Hay que tener en cuenta que los gatos que viven en la calle son animales que se han asilvestrado y no confían en humanos y así debe ser por su propia seguridad.
Muchos son descendientes de animales abandonados, otros llevan generaciones reproduciéndose en la calle. Este último es un problema que no debemos menospreciar a la hora de buscar responsables sobre la gestión de estos animales, ya que nadie se hace cargo ni de su atención veterinaria, ni de su control, ni de su adopción y los casos acaban, una vez más, recayendo sobre las espaldas de las entidades de protección animal locales, ya de por sí desbordadas.
Como apunta GEMFE, Grupo de Estudio de Medicina Felina de AVEPA, los gatos ferales son animales bien adaptados a las características territoriales de los núcleos urbanos, no son animales sin hogar, su hogar es ese territorio. Son gatos sin experiencias previas de contacto con humanos por lo que, ante la presencia de éstos, se esconden.
Deben ser controlados veterinariamente para impedir la sobrepoblación, mejorar la convivencia y su bienestar. También deben ser alimentados correctamente, es decir con pienso, para así mejorar su salud de forma considerable y prevenir el contagio de enfermedades entre los felinos.
Ocupan un nicho ecológico, dentro de un territorio al que están muy vinculados. Tanto que un desplazamiento o una reubicación mal realizada puede suponer la muerte para ellos.
En España, cada CCAA tiene su propia legislación de protección animal, pero cada vez más comunidades recuerdan a los ayuntamientos que son los responsables del control y cuidado de las colonias felinas. La presencia de colonias de gatos ferales en el entorno urbano es una realidad en todos los pueblos y ciudades y la convivencia puede provocar problemas que las administraciones deben decidir cómo afrontar.
Como apunta FdCATS, tanto el gato feral o callejero, como el que vive en una casa, es un animal doméstico de compañía que comparte el mismo genoma y debe gozar de igual protección. Las características etológicas de los gatos ferales son incompatibles con el confinamiento en perreras u otros lugares similares, ya que esto les provoca un nivel de estrés que les hace llegar a enfermar o morir.
Como en casi todo, nos encontraremos partidarios y detractores de los felinos. Personas que los cuidan, los alimentan o simplemente que los respetan y valoran, y otras a las que les incomoda su presencia. Ante la queja de vecinos por la presencia de los felinos, algunas de las opciones que las administraciones se plantean pasan por capturarlos y sacrificarlos, reubicarlos en otro punto del municipio o bien ingresarlos en un centro de acogida.
Ninguna de estas opciones es viable, y es fundamental saber porqué. Al mismo tiempo, tenemos que tener claros todos los pasos a seguir para la correcta gestión de una colonia si nuestro objetivo es realmente ayudar a estos animales. Por esto, te invitamos a descargar a continuación el informe que hemos redactado sobre todos los protocolos relacionados con este tema.
Descárgalo, léelo y difunde. ¡Entre todas y todos podemos acabar con los falsos mitos que rodean los gatos de colonia y ayudar a cuidarlos de forma ética y efectiva!
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