Conscienciació Barcelona, desembre 2, 2019
El microchip es una pequeña cápsula de vidrio biocompatible del tamaño de un grano de arroz. Es inocua y se inyecta bajo la piel de tu perro o gato, concretamente en el lado izquierdo del cuello. La implantación se realiza con un aplicador estéril, es indolora y no requiere sedación. El microchip almacena una información en forma de código alfanumérico de 15 cifras que contiene los datos del cuidador humano del animal. Una vez implantado, es importantísimo recordar que hay que darlo de alta en el archivo correspondiente de cada comunidad autónoma.
Los centros veterinarios, autoridades, protectoras y centros de acogida disponen de lectores de microchip que pueden leer el código y ayudarnos a localizar a nuestro compañero. Es muy importante mantener siempre los datos actualizados: dirección, teléfonos y correos electrónicos para poder recuperar el animal rápidamente en caso de pérdida.
¡No! Como decíamos, una cosa es implantar el microchip a nuestro animal y otra es que este microchip esté vinculado a un registro. Siempre hay que exigir que se dé de alta en un registro, ya que si no lo está, nuestro animal no se considera identificado y por tanto estaría incumpliendo con la ley, y en caso de pérdida no se podría localizar a su familia.
Hay que denunciar su pérdida en el ayuntamiento donde se ha perdido, en el ayuntamiento donde está censado y en la base de datos donde está registrado (Archivo de la Comunidad Autónoma) o del país donde se ha perdido, a través de cualquier veterinario de esa zona.
Las redes de registros de animales son:
Es importante también poner carteles en la zona donde se ha perdido nuestro animal con su foto, nuestros datos de contacto e informar a todos los veterinarios y refugios de animales cercanos.
En cambio, si somos nosotros quiénes nos encontramos a un animal perdido o abandonado, tenemos que recordar que la competencia para la recogida de estos animales es municipal. Por lo tanto, debemos contactar con el Ayuntamiento o la policía local, para que identifiquen al animal través de sus medios o de un veterinario. En el caso de que no esté identificado o no se pueda encontrar a su familia (una vez más, ¡la importancia del microchip!), se ingresará al animal en un centro de recogida o de rescate, con el que el ayuntamiento tenga convenio.
Hay que tener en cuenta que muchos ayuntamientos de España envían los animales a perreras donde serán sacrificados transcurrido el plazo legal si nadie los reclama o no son dados en adopción…es decir, ¡otra razón de mucho peso para poner el microchip a nuestro compañero!
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