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Reubicamos a Ramsés, un petauro abandonado en Zaragoza

La nostra acció Zaragoza, agost 22, 2022

Reubicamos a Ramsés, un petauro abandonado en Zaragoza
Ramsés fue abandonado, como tantos otros animales que se compran por capricho, pero ha tenido la suerte de poder ser reubicado en un centro que le ofrecerá las mejores condiciones.

El caso de Ramsés es otro de los muchos casos de un animal salvaje que es adquirido como animal de compañía y resulta abandonado por problemas de convivencia y no poder cubrir sus necesidades más básicas. Al ser una especie social, con unas necesidades muy específicas y un comportamiento que puede llegar a ser molesto (hacen muchos sonidos y con más frecuencia por las noches), el petauro fue abandonado. Tuvo la suerte de ser recogido por el Refugio Reexza, que hizo las veces de casa de acogida, mientras buscaba una solución para él. Reexza enseguida se puso en contacto con nosotras para buscarle un buen sitio donde poder vivir el resto de su vida. Y desde FAADA, que hemos gestionado bastantes casos de petauros abandonados en los últimos años, sabíamos que podíamos contar con Stichting AAP

Tras varias gestiones, el pasado 2 de agosto, trasladamos a Ramsés al centro que AAP tiene en Holanda, donde se le está socializando con otro petauro víctima del comercio, antes de reubicarlos a un lugar definitivo donde se les ofrecerá una mejor vida. Lamentablemente, no todos los petauros tienen esta “suerte”.

Impulsos y sobre todo falta de información previa para conocer las necesidades de cada especie es lo que conlleva la tenencia irresponsable que acaba con el abandono de tantos animales. Esta gran problemática bien conocida en el caso de perros y gatos, también sucede alrededor de los animales llamados exóticos: deseos de tener animales que son curiosos para los ojos humanos y que creemos que podemos mantener en nuestras casas, cuando la realidad es muy diferente pues tienen unas necesidades que no se pueden cubrir en un ambiente como el de un hogar humano y pueden mostrar comportamientos incompatibles para la convivencia

Los petauros del azúcar son pequeños mamíferos nocturnos, de aspecto similar a las ardillas voladoras, pero a diferencia de estas son marsupiales (y no roedores). Se encuentran principalmente en el norte y este de Australia y también en las islas de Nueva Guinea, islas Molucas y en Tasmania. En la naturaleza viven en las copas de los árboles, donde forman grupos de 6 a 10 individuos. Se alimentan básicamente de fruta, de savia y del néctar de las flores, aunque los insectos también forman parte de su dieta. Para desplazarse de árbol en árbol usan una membrana que tienen a cada lado del cuerpo y que les permite planear y hacer saltos que pueden llegar a los 50 metros.

Es evidente que esta especie, como todas las demás especies exóticas, tiene unas necesidades muy complejas y específicas que ningún particular puede cubrir en su hogar. Pero la mayoría de la gente se da cuenta de esto cuando ya los tiene en casa, alojados en una jaula, con muy poca naturalización y sin un grupo social adecuado. A todo esto, hay que añadirle el hecho de que es muy difícil de reproducir una dieta como la que obtienen en la naturaleza y que cubra todas sus necesidades nutricionales; razón por la que muchos de ellos en cautividad terminan enfermos o muriéndose por deficiencias nutricionales. Además, al ser animales nocturnos, suelen estar activos durante la noche y emitir sus característicos chillidos, otra razón por la que muchos de sus propietarios deciden desprenderse de estos animales. De modo que estos animales viven en malas condiciones bajo el cuidado de personas inexpertas o bien acaban abandonados. Y son animales que difícilmente podrán sobrevivir si se les abandona.

Pero claro, una vez se ha comercializado con ellos y han vivido en cautividad, devolverlos a la naturaleza no es posible, haciendo que el destino de estos animales no sea nada alentador. Así pues, el final que tuvo Ramsés solo lo tienen aquellos que por suerte acaban en centros como AAP, donde intentan ofrecerles las mejores condiciones de vida posibles que pueden tener en cautividad.

Por todo esto, desde FAADA queremos hacer un llamamiento para que no compréis animales exóticos como Ramsés. Si de verdad os gustan estas especies, será mejor que busquéis otras maneras de conocerlos, sin condenarlos a una vida horrible en cautividad. 

 

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