La nostra acció Barcelona, juny 15, 2023
La actual crisis económica y climática ha empeorado de manera dramática la precaria situación de los équidos en Catalunya, ya de por sí normalizada por las administraciones locales. Desde enero, el número de abandonos y casos de maltrato de caballos ha aumentado considerablemente.
Cada semana el grupo de refugios y protectoras de équidos de Catalunya, formado por FAADA y otras 11 entidades (Asociación Defensa Équidos, Proyecto Caballo, Les Set Cabretes, Fundació Miranda, Asociación Por Ellos, Santuari Cel Obert, Cavalls Mas El Pla, EQUUSOS, Mas Casanova, Refugio Tikotta y Associació per la Recuperació i Rehabilitació Equina), recibimos decenas de llamadas de personas que ya no pueden seguir manteniendo económicamente a sus animales. Así mismo, nos llegan todavía más avisos de particulares que quieren denunciar el lamentable estado en el que se encuentran los équidos de algunas hípicas o explotaciones equinas.
Por una parte, los precios de los forrajes han aumentado considerablemente y, tanto particulares como centros que albergan équidos, no han podido aguantar la situación de crisis y están dejando de alimentar a sus animales o están buscando a quien los recoja o los adopte. Por otro lado, todas las explotaciones que mantenían sus équidos en extensivo se han visto obligadas a comprar forraje puesto que, por culpa de la sequía, ya no crece hierba en sus pastos.
Lamentablemente, además, la consejería de Acción Climática y Agenda Rural parece haberse olvidado de la denominación de explotación ganadera que otorgó a los centros hípicos y particulares con équidos. Los únicos que están recibiendo las tan anunciadas ayudas económicas son los ganaderos, mientras que los centros de este tipo, pese a tener que pasar las mismas inspecciones, se encuentran completamente desamparados.
Desde FAADA ya habíamos mantenido reuniones con la exconsellera Jordà sobre este tema, y ahora alertamos al nuevo Conseller David Mascort que estamos empezado a recibir muchos avisos que desde las entidades no podemos atender: si no se otorgan ayudas o se empiezan a comisar animales, nos encontraremos con centenares de caballos muriéndose de hambre.
Desde FAADA recordamos que mientras no exista un control sobre la cría y mantenimiento de équidos el problema nunca se reducirá. Por eso, ahora más que nunca es imprescindible la implicación de la administración pública.
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