Los animales sienten: la IA puede traducir sus emociones

Un reciente estudio de la Universidad de Copenhague, publicado en la revista científica iScience, ha logrado identificar con un 89,49% de precisión las emociones positivas y negativas en vacas, cerdos y otras especies. Gracias a la Inteligencia Artificial, la ciencia ha validado lo que el activismo lleva años afirmando: los animales sienten y expresan sus emociones de manera medible.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron miles de sonidos emitidos por diferentes especies en distintos contextos emocionales, encontrando patrones comunes en su comunicación:

• Duración del sonido: los sonidos cortos y bruscos suelen indicar miedo o estrés, mientras que los prolongados reflejan relajación o placer.
• Frecuencia de la voz: los tonos agudos están asociados al sufrimiento, mientras que los graves y estables transmiten bienestar.
• Modulación del tono: cambios bruscos en la entonación pueden señalar angustia, excitación o malestar.
• Distribución de la energía: sonidos intensos y descontrolados se relacionan con emociones negativas.

Lo más revelador de este hallazgo es que estos patrones no son exclusivos de una sola especie, sino que se repiten en diferentes animales, lo que sugiere que la expresión de las emociones ha sido conservada a lo largo de la evolución.

La evidencia científica es clara: los animales sienten, sufren y pueden expresar sus emociones. Entonces, si podemos identificar su dolor, ¿cómo es posible seguir justificándolo y permitiéndolo en diversas industrias? Si sabemos que pueden experimentar bienestar, ¿por qué les negamos el derecho a una vida libre de crueldad?

Los animales no son recursos ni productos. Son seres con emociones tan reales como las de cualquier humano.