Pedimos el fin de los pesebres vivientes con animales

Se acerca la Navidad, y con ella, las típicas representaciones y celebraciones en torno a estas fechas. Entre ellas, es común encontrarse con pesebres vivientes, recreaciones tradicionales que utilizan animales de escaparate navideño. 

Por supuesto, mantener las tradiciones y la cultura de las distintas localidades es algo muy importante, pero también deberíamos aprender y adaptarnos a la realidad en la que vivimos. En España, todavía son muchos los municipios que deciden adornar sus calles o incluir en su agenda navideña los pesebres vivientes con animales reales, cuando actualmente podrían ser reemplazados por cualquier figura que cause el mismo efecto visual pero evite que ovejas, gallinas o burros estén expuestos al ruido, al frío y tengan que ser trasladados y permanecers largos días en un reducido espacio. No podemos anteponer nuestro disfrute o nuestras ganas de celebración aa la vida de los animales que nos rodean. 

En FAADA, cada año recibimos numerosos avisos de personas que visitan pesebres navideños y que quedan sorprendidos (y no gratamente) porque todavía se siguen utilizando animales vivos en estas representaciones. Estos avisos representa tan solo un pequeño porcentaje de todas las personas que van aquieren disfrutar de los eventos navideños, y salen con una sensación de malestar al encontrarse, todavía a día de hoy, frente a la explotación animal en una situación totalmente innecesaria. 

Todavía no existe una ley de protección animal a nivel estatal que recoja las variadas normativas que existen en cada comunidad autónoma y, en la mayoría de casos, ni siquiera la ordenanza municipal pone pegas a esta actividad como tal. Sin embargo, algunas leyes prohíben de forma general su maltrato físico y psicológico; mantenerlos atados durante gran parte del día o limitarles el movimiento; o en lugares que no cumplen con unas buenas condiciones higiénico sanitarias.

El bienestar de los animales no depende únicamente del acceso a agua y comida, que debería estar cubierto en los pesebres vivientes, sino que intervienen muchos otros condicionantes que también han de tenerse en cuenta. En este caso, el hecho de mantenerlos en un espacio reducido, rodeados de gente, luces y ruidos constantes durante muchas horas al día, en lugares donde no pueden mostrar sus comportamientos naturales o separados de sus grupos sociales, puede provocarles un gran estrés o incluso la muerte. Además, utilizar animales vivos en estas representaciones perpetúa la idea de que los animales están a nuestro servicio y que pueden ser mantenidos de cualquier manera para disfrute de las personas. 

Desde FAADA apostamos por el cambio y por una educación que incluya la empatía hacia los animales. Más allá de una cuestión de normativa, existen muchas razones por las que prescindir del uso de animales en estos eventos, ya sean éticas, educativas, sanitarias o de protección animal. Es cuestión de voluntad política el tener en cuenta todos los aspectos y asumir que la sociedad está cada vez más sensibilizada con los derechos de los animales. 

Por esa razón, estas Navidades, le pedimos a los Ayuntamientos y organizadores de eventos navideños que busquen alternativas para disfrutar las fiestas sin sumar más sufrimiento animal.

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