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Un santuario para los delfines de Barcelona: la mejor opción según múltiples expertos

Nuestra acción Barcelona, noviembre 7, 2016

Un santuario para los delfines de Barcelona: la mejor opción según múltiples expertos
Contestamos a las dudas planteadas en un artículo de El Periódico acerca del futuro de los delfines y de la profesionalidad del grupo de trabajo del nuevo modelo de zoo.

Desde FAADA y como miembros del grupo de trabajo que culminará su trabajo definiendo el nuevo modelo de zoológico de la ciudad de Barcelona, nos sorprenden las declaraciones publicadas en El Periódico el pasado miércoles 26 de octubre. En ellas se pone en cuestión el trabajo del mismo grupo y, en particular, el proceso de participación que, a través de visiones plurales de los distintos colectivos, busca el consenso político y ciudadano en la definición del modelo de zoo que debe tener la ciudad y el futuro de su delfinario.

Por primera vez, los colectivos que trabajamos desde hace años para acompañar la reconversión del parque zoológico hacia un modelo más evolucionado y acorde con los valores del siglo XXI, nos sentimos parte del proceso de cambio. La comunidad científica, expertos del mundo académico, personal del zoológico, entidades de defensa de los animales y otros colectivos formamos parte de este auténtico proceso de decisión democrático.

Dicho grupo de trabajo concluirá a final de año con una decisión firme en relación con el futuro del delfinario y, hasta ese momento, está recabando toda la información de las alternativas con criterios para tomar dicha decisión.

En FAADA nos hubiera encantado poder proporcionar al Sr. Carles Cols, autor del artículo, toda la información que tenemos acerca del Santuario de Grecia. Así como de las demás opciones en las que se está trabajando a nivel internacional y que estamos barajando. Y lamentamos que haya preferido tachar el proyecto de Lipsi de “mortal” sin antes habernos solicitado los informes del mismo y sin que sus fuentes hayan inspeccionado las obras en persona. Si hubiera decidido contrarrestar su información, sabría, por ejemplo, que dicho proyecto sí cuenta con “áreas de cuarentena, veterinarios y edificio médico con el material adecuado”.

A la hora de hablar de santuarios se puede leer en el artículo que “las experiencias previas han terminado con la muerte de los animales”. Por lo que a cetáceos se refiere, a día de hoy no ha habido todavía ninguna experiencia a modo de instalación permanente. Tan sólo se han producido casos de instalaciones temporales para la reintroducción en la naturaleza, algo muy distinto. Y de este tipo de proyectos sí que se han producido éxitos, el más reciente el de los delfines de Turquía Tom y Misha, devueltos al mar tras 2 años de trabajo de rehabilitación gracias a Born Free Foundation. Si se quería hacer referencia a la orca Keiko, también se trató de una reintroducción, no de un santuario. Y que fuese un éxito o un fracaso es todavía motivo de debate ya que aunque la orca murió al cabo de unos meses, no puede saberse si en cautividad hubiese sobrevivido más tiempo. En caso de que se quisiera hacer referencia a otras especies animal, dichas afirmaciones resultan aún más sorprendentes ya que a lo largo de los años se han producido miles de casos de éxito en todo el mundo (los interesados pueden informarse acerca de las historias de los animales de santuarios como el Liberty Bear Sanctuary (Rumania), el Ngamba Island Chimpanzee Sanctuary (Uganda), Fundación MONA (España), o los santuarios para grandes felinos de Born Free Foundation en Sur África. Solo para nombrar unos cuantos.)

En el mismo artículo también se cuestiona “cómo garantizará una entidad así su financiación durante la vida prevista de los delfines, tal vez más de 30 años” cuando el mismo Ayuntamiento ha informado que el coste no es un problema ya que se está hablando del bienestar de unos seres vivos a su cargo y cuyo mantenimiento tendrá que pagar de cualquier forma, tanto si se quedan  en Barcelona como si se envían  a otro destino. Y que todos los santuarios cuentan además con un plan de financiación a largo plazo mediante programas de visitas reguladas o planes educativos para estudiantes de postgrado.

Los mayores expertos en delfines del panorama internacional además, con los que desde FAADA estamos en contacto, abogan por habilitar espacios naturalizados en el mar (entre otros Vidal Martín, Joan Gonzalvo, Cathy Williamson, Naomi Rose, o la misma Ingrid Visser, la mayor experta de cetáceos del mundo, que como se puede escuchar aquí pide que los delfines de Barcelona sean enviados a un santuario.)

En definitiva, desde nuestra Fundación agradecemos al Ayuntamiento de Barcelona el haber configurado un proceso participativo y democrático en el que las decisiones se toman desde el consenso y con una representatividad heterogénea y equilibrada (el grupo de trabajo no solo cuenta con la presencia de “9 personas del sector animalista y 6 trabajadores del zoo”, sino también de 12 expertos y 11 miembros de las administraciones).

Y volvemos a invitar el Señor Cols, como ya hemos hecho por correo electrónico, a contrapesar las declaraciones de sus fuentes y a recabar toda la información del caso para poder ofrecer a los lectores de El Periodico artículos más acordes con la realidad.

Las personas que quieran apoyar nuestro trabajo y el cierre del delfinario pueden hacerlo firmando en www.adeudelfinari.org.