La problemática de acceder a un alquiler para las familias en situación de vulnerabilidad con animales

A raíz de la entrada en vigor de la reforma del código civil del pasado 5 de enero, nos están llegando muchas dudas sobre de qué manera esto afectará a los animales. Y una de las principales tiene que ver con alquileres en viviendas. Cuando las familias buscan un alojamiento donde vivir junto a sus compañeros animales, se encuentran a menudo con barreras burocráticas de vario tipo. Entre otros, por parte de plataformas inmobiliarias, Apis y administradores de fincas y propietarios de los inmuebles, particulares que, de manera más o menos intencionada (a veces por desconocimiento o exceso de prudencia), prohíben el acceso de animales tanto en los mismos anuncios, como en los contratos.

Este problema, como es fácil de imaginar, se agrava aún más en el caso de una familia sin recursos. Cada día vemos como usuarios en situación de vulnerabilidad se ven inmersos en procesos en escalera dentro del sistema para acceder a recursos. Y cuando van acompañados de un animal, todo se complica puesto que deben lidiar con esas barreras que les impiden tener más de una opción.

Esta situación, muchas veces lleva a las familias en situación de vulnerabilidad a actos desesperados como quedarse en situación de calle para no separarse de su animal, o deshacerse de él porque se les condena a escoger entre el animal o un techo.

Desde hace un par de años, en FAADA trabajamos de cerca en esta problemática, incluyéndola en nuestro proyecto #MejoresAmigos con el nombre de #MiCasaEsSuCasa. En el marco de esta iniciativa específica ofrecemos acompañamiento técnico-legal y búsqueda de soluciones personalizadas a trabajadores sociales, administraciones e implicados varios en los accesos a recursos de tipo público o privado como pisos o Housing First.

Así pues, a nivel de alquileres, si bien es cierto que hay un espacio para la negociación con el propietario y los intermediarios, todo depende en gran medida de los recursos de quien pretende negociar el contrato de alquiler. Este tipo de documento, igual que en el caso de otras relaciones privadas, se somete a la voluntad de las partes y es posible introducir cláusulas que no permitan la tenencia de animales, niños, desarrollo de determinadas actividades, etc.

Por eso mismo, la necesidad del proyecto para personas con escasos recursos con animales. Porque creemos firmemente que los animales son familia y que los mejores amigos deben poder permanecer juntos.

Foto: Ariadna Creus