Our action Barcelona, august 3, 2011
En septiembre de 2010 nos informaron que un particular mantenía un perro en un estado de abandono en una torre de Vallirana. Tras comprobar que el animal estaba en un grave estado de caquexia, según informaron los vecinos, en esa casa no vivía nadie desde hacía tiempo y que los perros eran alimentados por los propios vecinos.
Inmediatamente dimos aviso al Ayuntamiento y al cuerpo de Agents Rurals, solicitando el decomiso urgente del perro, para poder ingresarlo en un centro veterinario. Cuando miembros de FAADA y Agents Rurals llegamos a la casa para decomisar el perro, éste había desaparecido, el propietario había sido avisado por alguien de la inminente actuación de los Agents Rurals, y se había llevado el perro al veterinario para eutanasiarlo.
Los Agents Rurals tomaron declaración a la veterinaria, que les informó que hacía mucho tiempo que ya había advertido al propietario que el perro presentaba síntomas de leishmania y que había que realizarle las pruebas para confirmar el diagnóstico, el propietario nunca más volvió a llevar el perro a la clínica, hasta el día que lo eutanasió. Según la veterinaria el estado del perro ya era terminal.
Presentamos denuncia ante el departamento de Medio Ambient de la Generalitat que ha impuesto al propietario una sanción de 1600 € por no proporcionar al animal la atención veterinaria necesaria.
Aunque consideramos que la sanción impuesta no es proporcional al daño causado, al menos no ha quedado impune el sufrimiento que padeció este animal.