Concienciación Barcelona, septiembre 7, 2020
Hace unos días nos enterábamos de que los 60 huevos depositados en la playa de la Mar Bella de Barcelona por una tortuga boba habían empezado a eclosionar. Los mismos habían sido vigilados durante más de un mes por un grupo de voluntarios con el objetivo de que ningún curioso se acercara interrumpiendo o molestando el desarrollo de los animales.
Pero ¿a qué se debe tanta necesidad de proteger y vigilar los huevos de tortuga?
Las siete especies existentes de tortugas marinas –verde, boba, laúd, golfina u olivácea, carey, plana y lora o golfina– están clasificadas como “en peligro” o “en peligro crítico”. Estos animales nadan grandes distancias en el océano cada año y las hembras son capaces de regresar a la misma playa donde nacieron, a miles de kilómetros de distancia, décadas después.
Pero como a menudo pasa, la actividad humana pone en riesgo a las tortugas marinas y puede afectar la supervivencia de sus poblaciones. En varias partes del mundo, esta es temporada de anidación para ellas y es fundamental que las personas sean conscientes de la importancia de no molestarlas y de no tocar sus nidos o crías.
Los huevos de tortuga marina son extremadamente frágiles y suaves. Cualquier tipo de alteración en el nido, incluida la excavación, puede dañarlos e interrumpir el desarrollo de los embriones. Destruir un solo nido afecta negativamente a las poblaciones de tortugas marinas en los años a venir porque muy pocos animales llegan a la edad adulta. Las hembras además, deben sobrevivir durante un mínimo de 10 años, dependiendo de la especie, antes de poder aparearse y reproducirse.
Las luces brillantes en la noche también son un peligro mortal para las tortugas marinas. Cuando las crías rompen el huevo por primera vez y necesitan entrar al agua, se dirigen instintivamente hacia la luz más brillante, que naturalmente sería la luna reflejada en el océano. Pero las luces artificiales de los hoteles y bares en la playa, de los móviles o de la misma ciudad, son más brillantes que la luna, por lo que las crías se desorientan y acaban dirigiéndose hacia carreteras y centros urbanos, donde no tienen posibilidad de sobrevivir. Las luces artificiales también pueden disuadir a las hembras de anidar en la playa, haciendo que regresen al océano y depositen sus huevos allí, donde las tortuguitas nunca llegarán a nacer.
La mejor manera para las personas de ayudar a estos animales es, por lo tanto, dándoles el espacio que necesitan. Prueba de ello es que, debido al confinamiento por la COVID-19, las tortugas están anidando en cantidades récord en Brasil, Costa Rica, India, Tailandia y EE.UU. ¡Que siga así!
En definitiva, ¿quieres ayudar a las tortugas marinas? Toma nota:
Y si vives lejos de estos animales, no olvides que la pesca comercial y sus redes fantasmas matan cada año ciento de miles de tortugas marinas. Así que si dejas de consumir pescado, ¡estarás ayudando a proteger a todos los habitantes del océano! ¿Necesitas algún consejo para empezar? Entra en la web de nuestra campaña Fish Trap y descárgate el menú semanal que hemos preparado para ti:
Fuente: Peta Latino
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